Acá estoy
Algunos problemas con mi conexión de Internet impidieron que publicara desde el sábado…
En el medio, se sumó el día de ayer, el recuerdo de mi madre, que este año, me afectó de manera especial…
El amor de una madre, el calor de su presencia, es algo que nada en este mundo puede remplazar. Por eso, cuando ya no está, se extraña de una manera especial… Con la fe puesta en el reencuentro en Cristo, pero con el “dolor” que deja la ausencia…
Tal vez por eso, uno llora…
Vendrán las voces que dicen que no hay que llorar… FALSO.
Jesús también lloró por Lázaro…
Por eso, les ruego una oración por el eterno descanzo de mi mamá…
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