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Jesucristo es el Jes?s hist?rico

Se anuncia la publicaci?n de la primera parte del libro del Papa sobre Jesucristo

La editorial Editrice Vaticana anuncia la publicaci?n de la primera parte del libro Jes?s de Nazaret para la pr?xima primavera. Benedicto XVI quiere despejar una letal duda que ronda a algunos creyentes: ?conocemos razonablemente qui?n fue Jes?s de Nazaret? ??ste es un fragmento del Prefacio:

He recorrido un largo camino interior hacia el libro. En mi juventud, hab??a multitud de libros fascinantes acerca de Jes?s, que presentaban su figura a partir de los evangelios: enteramente hombre y, al mismo tiempo, portador a los hombres de Dios, con quien ??l era Uno como Hijo. Apartir de los a?os cincuenta cambi? esta situaci?n. Se ensanch? la ruptura entre el Jes?s hist?rico y el Jes?s de la fe. ?Pero qu? significado puede tener la fe en Jesucristo, en Jes?s el Hijo de Dios vivo, si el Jes?s hombre era tan distinto del que presentaron los evangelistas y anuncia la Iglesia desde entonces?

Las reconstrucciones nos presentan versiones contradictorias de Jes?s: desde un revolucionario antirromano que fracas? en su intento de demoler el poder establecido, a un moralista afable que da su aprobaci?n a todo, e, inexplicablemente, termina arrojado a los pies de los caballos. Quien haya comparado algunas de estas reconstrucciones podr? comprobar que son, con mucho, antes fotograf??as de sus autores y de sus ideales. Ha crecido la desconfianza hacia estas im?genes, pero ha permanecido la impresi?n de que sabemos poco con certeza acerca de Jes?s, y de que la creencia en su divinidad conform? posteriormente nuestra imagen de ??l. Esta situaci?n es dram?tica para la fe, porque cuestiona su punto de referencia: la amistad interior con Jes?s, de la que procede todo.

En la medida de mis posibilidades, he querido probar a presentar al Jes?s de los evangelios como al verdadero Jes?s, el Jes?s hist?rico. Estoy convencido de que esta figura es mucho m?s l?gica y, desde el punto de vista hist?rico, mucho m?s comprensible. S?lo si aconteci? algo extraordinario, si la figura y las palabras de Jes?s superaron radicalmente todas las esperanzas y expectativas de la ?poca, se explican su crucifixi?n y su repercusi?n.

Naturalmente, supera las posibilidades del m?todo hist?rico creer que ??l, como hombre, era Dios. Por el contrario, cuando se leen los textos a partir de este convencimiento, con m?todos hist?ricos y su apertura interna a algo m?s grande, se abre y se muestra un camino y una figura que son dignas de fe.

Espero que quede claro al lector que este libro no est? escrito contra la ex?gesis moderna, sino desde el agradecimiento por todo lo que nos ha regalado y nos regala. Yo s?lo he tratado de superar la mera interpretaci?n hist?rico-cr??tica, aplicando las nuevas perspectivas metodol?gicas, que nos permiten una interpretaci?n propiamente teol?gica de la Biblia

y que, desde luego, exigen fe, pero que no quieren ni pueden renunciar a la seriedad hist?rica. Por supuesto, no necesito decir que este libro no es un acto de magisterio, sino s?lo una expresi?n de mi b?squeda personal del rostro del Se?or (Sal 27, 8). Cualquiera, por tanto, es libre de contradecirme.

Comenc? los trabajos en las vacaciones de verano de 2003. En agosto de 2004, di la forma final a los cap??tulos del 1 al 4. Despu?s de mi elecci?n a la sede episcopal de Roma, he utilizado todos los instantes libres para llevar a cabo el libro. Ya que no s? cu?nto tiempo y fuerza me ser?n regalados, me he decidido a publicar los primeros 10 cap??tulos, como la primera parte del libro.

Joseph Ratzinger – Benedicto XVI

Uno con el Padre

En Jes?s se cumple la promesa del nuevo Profeta. En ??l se realiza plenamente lo que, en Mois?s, aparece s?lo de forma fragmentada: vive, de cara a Dios, no s?lo como amigo, sino como Hijo, en la m?s estrecha uni?n con el Padre. Sus obras, sus hechos, sus padecimientos, su gloria se fundan en esto. La reacci?n de quienes le escuchaban era clara: esta ense?anza no procede de ninguna escuela.

Para comprender a Jes?s son fundamentales las recurrentes referencias a que se retir? ?al monte? y rez? toda la noche, solo con el Padre. Esta oraci?n es el conversar del Hijo con el Padre. El alma humana de Jes?s se implica en Su comuni?n filial con el Padre en el acto de la oraci?n. Quien ve a Jes?s ve al Padre (Jn 14,9). El disc??pulo que sigue a Jes?s es llevado, de este modo, a la comuni?n con Dios. Y esto es lo realmente salv??fico: la superaci?n de los l??mites de lo humano que, en el hombre, a trav?s de la vinculaci?n a Dios, como esperanza y como posibilidad, est? ya establecida antes de la Creaci?n.

De la Introducci?n a Jes?s de Nazaret

Fuente: Alfa y Omega N? 522/30-XI-2006

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