Papa Francisco

Auspiciantes

Publicidad

Recién Escritos

Categorias

Facebook

Twitter

La persona del Catequista

Con motivo de sus 100 publicaciones el Boletín Comunicándonos del ISCA nos acerca este material:

Cien ideas fuerza para la catequesis de hoy. Las cien mejores frases en estos 100 números del Comunicándonos del ISCA

  1. “Hoy vivimos tiempos difíciles marcados por la crisis de valores de la cultura y la civilización. Los grandes valores humanos y cristianos están descuidados y los vínculos entre las personas y grupos están debilitados. Una realidad que cuestiona y desafía a la tarea evangelizadora de la Iglesia. Ser catequistas en este cambio de época nos inquieta, nos desestabiliza, nos hace vivir a la intemperie, sin embargo queremos convivir con estas situaciones críticas aunque duelan porque somos catequistas, testigos y servidores de una Palabra que ilumina y da vida en abundancia”
    (Obispos de la Argentina reunidos en la 87 ª Asamblea Plenaria – San Miguel, 15 de mayo de 2004)
  2. Dios hace a todos los hombres y mujeres el llamado personal e intransferible de una vida, que se recibe como don y que se realiza en libertad. En la verdad y en la hondura de su identidad resuena el llamado de Dios que lo convoca a ser eco de Cristo, para que muchos hombres y mujeres se encuentren con Él. En esta disyuntiva existencial: ser o no ser lo que Dios lo invita a ser, queda implicada la naturaleza humana del catequista. Caída y redimida. Débil y fuerte. Imperfecta y llamada a la plenitud. Sería impensable un catequista desprovisto de la gracia de Dios. Sería impensable un catequista errante, náufrago de procesos educativos incapaces de albergarlo.
    (Ana María Cincunegui)
  3. La naturaleza humana, abierta al auxilio divino de la gracia y al auxilio humano de la educación, se perfecciona y se hace más imagen y semejanza de Dios. Se hace tierra fértil en la cual Cristo crece, configurando en la personalidad del catequista todas las virtudes que lo hacen capaz de ser lo que Dios lo invita a ser. En este proceso educativo, la catequesis ocupa un lugar propio e inconfundible. A ella le corresponde la educación de la fe. (Ana María Cincunegui)
  4. Para ser entrañablemente él mismo, el catequista necesita hacerse destinatario, también, de los procesos catequísticos diseñados para sus catequizandos y catecúmenos. Allí, en la siempre nueva dinámica del encuentro y del proceso catequístico, allí Dios obra produciendo siempre lo inimaginable. Allí, en el misterio de una metodología y de unos recursos siempre imperfectos, Dios logra, una vez más, como aquel día junto al pozo de Sicar, que los discípulos sean testigos. Y el catequista se hace destinatario de lo que los catequizandos y catecúmenos dicen. (Ana María Cincunegui)
  5. Uno no nace catequista: uno se va haciendo catequista en el contacto con Dios, con sus alumnos y consigo mismo. La construcción de la identidad del catequista es una tarea lenta y paciente. Con avances y retrocesos. Hay días en los que “estamos” muy catequistas. Y días en los que “estamos” muy poco… (Mariano N. Donadío)
  6. Gracias a nuestras escuelas de catequesis, hoy sabemos mucho de didáctica. Pero, ¿cuánto hemos aprendido de dialógica? ¿Tenemos en claro que nuestra catequesis es el ejercicio de un diálogo, de un encuentro con lo diverso, de una aventura que implica la recepción y la conversión mutuas? (Mariano Nicolás Donadío)
  7. Queremos, además, reconocer a la catequista o al catequista que este año fueron fieles a su ministerio. Los catequistas “Emanuel”, los catequistas “Dios con nosotros”. Aquellos que trataron de encarnar la presencia de Jesucristo entre nosotros, los que nos enseñaron con palabras y gestos, pero, sobre todo, con su presencia, su estar compartiendo la vida de sus catequizandos. (Mariano Nicolás Donadío)
  8. Una vez pregunté en clase de «Actualización Teológica» a un misionero que pasaba un año de reciclaje después de 34 años de misión en África, cuál era el resumen al que él llegaba de su acción pastoral y misionera en una Iglesia minoritaria, circundada por religiones ancestrales y por el Islam. Lo pensó un poco y dijo: «Estar y escuchar». El grupo se quedó en silencio. Todos sentimos que allí se había dicho algo no esperado, inmensamente sencillo e inmensamente profundo. En dos palabras se había resumido todo un tratado de pastoral. Dos palabras que son dos misterios: Encamación-Cristología y el misterio de la Iglesia en el mundo. Redescubrir la acción catequética hoy nos lleva a «Estar y Escuchar», a ahondar en Cristo y a ahondar en la Iglesia. Éstas son las fuentes que nos darán el agua que necesitamos. (Álvaro Ginel)
  9. Pero hay otra necesidad de callarse, una necesidad que es más profunda y no impide que se exprese la palabra, y hasta la provoca y sostiene; necesidad, pues, que no debe combatirse, sino ensancharse. Sí, todo catequista que haya hablado largo rato siente la necesidad de callarse; porque en todo lenguaje catequético auténtico está la esperanza, el deseo y el germen de un silencio. (Juan Sebastián Teruel Pérez)
  10. En esta sociedad tan anónima, donde los vínculos están enfermos, el desafío de hacer comunidad tiene que encontrar a un catequista nuevo que ya no enseña sino acompaña. (Alejandro Puiggari)
  11. Dadas las exigencias actuales de la catequesis, se siente la necesidad de personalidades convincentes y significativas, desde el punto vista humano y creyente. Más que por sus capacidades operativas o intelectuales, el catequista se cualifica hoy sobre todo por su «ser», por su «espiritualidad», por su perfil personal e interior con algunos rasgos específicos: (Emilio Alberich)
  12. También aquí la situación es variada, pero más bien problemática. Hay que lamentar por lo general que no se de la debida importancia a la formación pastoral y catequética de los pastores y responsables. Especialmente la formación de los seminaristas y sacerdotes deja mucho que desear. Se sigue pensando que, para formar bien a los pastores y responsables, sea suficiente la preparación teológica y bíblica, con la eventual añadidura de una breve introducción a la acción pastoral o remitiendo simplemente a la experiencia. Pese a la insistencia de los documentos oficiales (cf DGC 234), la formación catequética, o no existe, o resulta a menudo marginada o confiada a personas sin preparación específica. Estamos ante una verdadera emergencia formativa que repercute gravemente en la renovación efectiva de la práctica catequética. (Emilio Alberich)El catequista y su espiritualidad
  13. El anuncio de la revelación no se hace sacando a las personas de la historia sino en el corazón de la historia de las personas. (Marcelo González)
  14. Creemos en la resurrección cuando re-suscitamos la vida con fe y alegría en la organización comunitaria. Resurrección es el dinamismo de la Vida hecha de Misterio y Cotidianeidad. (Emilio Rojo)
  15. La Pascua es la fiesta que nos revela la presencia del Espíritu de Dios que resucita toda la vida -así en la Tierra como en el Cielo- y la eleva hasta la eternidad del amor. Jesús resucitado es el primero de los hermanos y nos espera en la madrugada con las brazas encendidas en la orilla de la Vida Nueva para compartirla. Nosotros somos testigos de esta alegría. (Emilio Rojo)
  16. La plena humanidad de Jesús lleva históricamente consigo una plena asunción de los sentimientos humanos, en particular de la ternura como acto afectuoso, como vivencia orientada a la «benevolencia» y a la piedad… Cada vez que los evangelios se refieren a la «compasión» de Jesús remiten a un sentimiento, a un modo de sentir experimentado realmente por él, encarnado en primera persona, a una aproximación suya a los necesitados, con todo lo que esto implica en el plano de la participación y de la disponibilidad al servicio hasta la entrega de la misma vida”. (Pbro. Guillermo Meza Salcedo)
  17. Tarea Pascual: creer en Jesús manteniéndose firmes en la decisión de no ceder ante las serias crisis. Cuidar la vida de los más pequeños con sentido de esperanza. Celebrar la vida en cada rinconcito. Empezar siempre por los últimos como práctica liberadora. Creer en el Espíritu de Dios vivo en la vida del pueblo. No sucumbir en la desesperanza saliendo de nuestro encierro y creando proximidades. Abrir el corazón a la vida del pueblo. Cuidarnos fraternalmente en nuestra vulnerabilidad. Dinamizar la vida en la comunidad. Transfigurar la creación como sagrada y sacramental. Entregar la vida, no perderla. Re-suscitar la participación y la organización popular con fe y alegría. Animarnos a ser libres y a vivir en la Fuente de la Vida…. las tareas pascuales nos llaman a la vida. (Emilio Rojo)
  18. Hay unos modelos de hacer que pueden crear una doble vida (parecer si ser), un doble lenguaje: como ya sé lo que hay que decir, me evito la experiencia de vivir y de entrar en el silencio. (Gilles Routhier)
  19. La espiritualidad es el dinamismo del amor que el Espíritu infunde en nuestros corazones e impregna toda nuestra vida. Pero ese dinamismo del amor está marcado, enriquecido, adornado, embellecido por unas notas distintivas que le vienen de la misión que uno debe realizar, de la tarea concreta que debe desempeñar para el bien de los demás. Por eso no ama de la misma manera un catequista que un monje o que un predicador itinerante. (Víctor Manuel Fernández)Catequesis y comunidad
  20. Cada uno sabe lo difícil que siempre significa “unirnos” para trabajar en la difusión de la Palabra de Dios. Aunque parezca un contrasentido… pensar juntos, planificar juntos, meditar juntos o caminar juntos hacia un único objetivo, como debe ser, sentirse co-partícipes de la creación y de la difusión de la buena nueva trae consigo un sinnúmero de problemas que se potencian en la medida en que cada uno trata de “imponer” sus ideas, en vez de sentirse parte, “humildemente”, de un “equipo de trabajo” que se organiza para articular mejor la tarea en pos del verdadero objetivo. (Obispos de la Argentina reunidos en la 87 ª Asamblea Plenaria – San Miguel, 15 de mayo de 2004)
  21. El trabajo en equipo, para cualquier propósito, siempre es una apuesta a la humildad, al renunciamiento y al dejar el egoísmo de lado en función de unir las potencialidades de cada uno. Si esto no es tarea fácil en ningún grupo de trabajo, mucho menos lo es, cuando se trata de la catequesis o de formar “El Equipo de Catequesis”. (Rogelio López)
  22. Sólo las relaciones profundas, estables, sólidas y confiables pueden llegar a producir procesos personales de identificación como los que se realizan en el encuentro con personas concretas que tratan de encarnar, sinceramente, el cristianismo en sus vidas y que están dispuestos a hablar de ello con los demás y a darles testimonio. (Ana María Cincunegui)
  23. Sólo en las comunidades gestadas en torno al amor, la amistad y la fe es posible descubrir, elegir y encarnar los valores que motivan y dan sentido a la vida, destruyendo el caos y el abismo del sinsentido. La identidad y la misión de las diversas comunidades determinan los valores que en ellas circulan, posibilitando verdaderos itinerarios educativos a través de los cuales las personas hacen suyos esos valores, configurando sus personalidades hacia opciones que perfeccionan la naturaleza humana. (Equipo del Observatorio Catequístico del ISCA)
  24. Reconociendo que la evangelización es un proceso complejo habría que procurar que sus variados elementos -renovación de la humanidad, testimonio, anuncio explícito, adhesión del corazón, entrada en la comunidad, acogida de los signos, iniciativas de apostolado- no sean propuestos ni vividos como momentos aislados, sucesivos o excluyentes, sino como complementarios y mutuamente enriquecedores. (Equipo ISCA)
  25. A esta altura de nuestra reflexión es oportuno preguntarnos cuáles son y dónde están aquellas comunidades en las cuales se viven hoy los valores y las opciones que subyacen a un auténtico proceso de iniciación cristiana. ¿Dónde es posible hoy encontrar comunidades fieles a su identidad, capaces de constituir el espacio adecuado para un verdadero proceso de iniciación cristiana que no esté condenado al fracaso o a la paradoja de cerrar, obstaculizar o finalizar la vida de fe de sus miembros? (Equipo del ISCA)
  26. Hoy es indispensable formar siempre una verdadera comunidad educativa que esté impregnada de espíritu comunitario y que esté abierta a una comunidad eclesial más amplia. (Víctor Manuel Fernández)
  27. El reto de la comunidad. Por una catequesis permanente de las comunidades orientada hacia la proclamación de la fe pascual. Esta primera propuesta me parece ser el fermento principal de toda renovación catequética actual. Consiste en considerar que las comunidades, como tales, son las destinatarias de la catequesis. (Emilio Alberich Sotomayor)
  28. En estos tiempos de globalización, la catequesis no puede abstenerse de hacer experimentar a las jóvenes generaciones la diversidad y el alcance de la comunidad cristiana, y ha de hacerlo no sólo teóricamente, por medio de informaciones, sino también de manera práctica, mediante la participación en diversas iniciativas, en particular interparroquiales, o en redes que permitan hacer contactos y crear vínculos más allá del nivel local. (André Fossion)
  29. Una verdadera actitud de acogida no se contrapone a una mirada crítica. Al contrario, la dispone positivamente para buscar la verdad y discernir el bien. Disponerse positivamente es tomar como punto de partida una mirada buena sobre la realidad. La bondad, que da lugar a esa “mirada”, es propiedad de Dios. Propiedad que Él reveló en la creación y en la redención. Dios Creador tuvo esa mirada: “y vio Dios que era muy bueno”. Jesucristo la mantuvo hasta el final: “Padre, perdónalos…”. El discípulo de Jesucristo está llamado a “seguirle”, aprendiendo a mirar como Él. Este modo de ver acoge, implica, integra, crea comunión, genera solidaridad y supera toda exclusión. Es importante partir con este modo de ver, porque luego cualifica y determina todo el proceso. (Por Mons. Antonio Stanovnik)
  30. Muchas de los mensajes recibidos coinciden en el nuevo rol de la comunidad. “Será una catequesis en, de, desde y para la comunidad (Luis María Benavides)
  31. Ya lo habían enseñado nuestras catequistas: no es lo mismo iglesia que Iglesia. La primera es el templo, ese edificio de piedra que alberga a los fieles; la segunda es la unión del Pueblo de Dios. La primera es un objeto, un qué. La segunda es un quiénes. Nuestro recuerdo a estas primeras catequistas, que nos enseñaron el abecé de las instituciones: no basta con el edificio, son necesarias las personas… (Mariano Nicolás Donadío)
  32. Dios es Amor. Queremos acercarnos y acompañar a aquellas familias que viven situaciones difíciles, en medio de sufrimientos, injusticias, carencias, o dolorosas experiencias afectivas que las han llevado a un sentimiento de fracaso, o a fracturas que no son plenamente compatibles con la propuesta del Evangelio. Desde esa experiencia de amor, reflexionamos una vez más sobre el misterio de la familia, y nos acercamos con algunas consideraciones sobre problemáticas y ambigüedades que preocupan e inquietan nuestro caminar. (Obispos de la Argentina reunidos en la 87 ª Asamblea Plenaria – San Miguel, 15 de mayo de 2004)
  33. Periódicamente se habla de “la muerte de la familia”, o de las condiciones sociales y económicas que atentan contra su existencia. Pero los diagnósticos pasan y la familia permanece…, porque es una institución que ha demostrado gran capacidad de adaptación a cualquier tipo de condiciones a lo largo de la historia. (Obispos de la Argentina reunidos en la 87 ª Asamblea Plenaria – San Miguel, 15 de mayo de 2004)Catequesis e iniciación
  34. Si la catequesis tiene como ministerio esencial la iniciación, significa iniciar a una revelación, iniciar a una escucha, iniciar a una palabra, iniciar a un encuentro, iniciar a una presencia, iniciar a una manera de compartir, iniciar a una figura de Tradición. ¿A qué inicia la catequesis? A la revelación en sus diferentes formas y en sus distintos matices. (Marcelo González)
  35. En la actualidad realizamos una constatación preocupante: en muchos lugares la catequesis de iniciación, en realidad, no “inicia” sino que, paradójicamente, “concluye”. Es el fracaso del proceso tradicional de iniciación cristiana… He aquí la paradoja y el fracaso: el proceso de “iniciación” llega a ser para muchos un proceso de “conclusión” de la vida cristiana.” (Ana María Cincunegui)
  36. El término iniciación designa etimológicamente, la introducción de una persona en un determinado grupo humano, asociación o religión e indica el conjunto de enseñanzas y de ritos encaminados a producir un cambio radical en la persona iniciada. (Luis M. Benavides)
  37. La iniciación representa un proceso de aprendizaje, de asimilación y adquisición progresiva de una doctrina o de una práctica determinada, de unas creencias y valores o de unas costumbres y comportamientos nuevos. Es un aprendizaje, en definitiva, que afecta a toda la persona y supone una renovación profunda de su ser. (Luis M. Benavides)
  38. Por iniciación cristiana ha de entenderse la inserción o incorporación del candidato en el misterio de Cristo, muerto y resucitado, y en la comunidad de la Iglesia, sacramento de salvación por medio de la fe y los tres sacramentos de iniciación; de tal modo que el iniciado, profundamente transformado e introducido en la nueva condición de vida, muere al pecado y comienza una nueva existencia hacia su plena realización. (Luis M. Benavides)
  39. La Iniciación Cristiana debe ser entendida como un proceso por el que somos introducidos definitivamente, por el designio salvador del Padre, al misterio pascual de Jesucristo; de tal forma que, regenerados como hijos de Dios y llenos del Espíritu Santo, nos identificamos progresivamente con Cristo haciéndonos uno con Él y pregustando ya de la vida nueva del Reino de los Cielos. Constituye un recorrido gradual por el cual somos insertados en el misterio de Cristo, muerto y resucitado; e incorporados como miembros de su pueblo, la Iglesia, por medio de la fe y de los sacramentos. (Luis M. Benavides)
  40. Habrá que concebir a la catequesis no como la puerta para llegar a un sacramento, sino como una acción eclesial por la cual el creyente, a lo largo de toda su vida, pueda madurar y profundizar la respuesta y conversión a Jesucristo. La catequesis ha de ser percibida no como un momento concreto sino como una realidad que deviene a lo largo de toda la vida, como un proceso de iniciación permanente. Aquel momento mistagógico del modelo catecumenal unido a la convicción de que la evangelización ha de ser un proceso continuo de actualización, ha derivado en la conformación de lo que hoy conocemos como Itinerario Catequístico Permanente. (Luis M. Benavides)
  41. Se urgirá la recuperación del catecumenado, tanto de adultos como de niños en edad escolar, esto es, con uso de razón. Se insistirá en destacar la importancia de la celebración unitaria de los sacramentos para que se ponga de manifiesto “la unidad del misterio pascual, la relación entre la misión del Hijo y la efusión del Espíritu Santo”. Aquel momento mistagógico del modelo catecumenal unido a la convicción de que la evangelización ha de ser un proceso de permanente actualización, creemos, ha derivado en la conformación de lo que se llama itinerario catequístico permanente. (P. Fabián Esparafita)
  42. Ante tal situación, la pastoral catequística deberá dar la primacía al anuncio del kerigma en vista a engendrar o regenerar la fe; una fe que involucre los aspectos públicos y privados de la existencia humana, que consolide el sentido de pertenencia eclesial y que haga que la comunidad cristiana no sea una simple agencia de servicios religiosos, sino, lugar de vida, de identidad y de experiencia concreta de la salvación obrada por Cristo. (P. Fabián Esparafita)
  43. La catequesis de iniciación es la iniciación en el misterio de Cristo en la Iglesia, aunque para nosotros se trasformó en preparación de la primera comunión y confirmación. La gente -con toda coherencia- trae a su chico para que haga la comunión y la confirmación. ¿Qué más quiere? Con eso ya está: objetivo cumplido. El problema de la iniciación cristiana, para nosotros, es remontar una conciencia que hay en nuestro pueblo y nuestros curas de los objetivos de la iniciación cristiana. (Mons. Luis Eichhorn)
  44. Son los temas que preocupan a la catequesis concretamente. En una comunidad, una parroquia, los problemas que se plantean son estos: la iniciación cristiana de niños, los adolescentes, la catequesis familiar… Con los adultos no nos planteamos todavía el problema, pero hay que empezar a hacerlo. El otro día estuve charlando con una parroquia sobre estos temas y me decían los catequistas: “¿cómo empezamos?”. “Empiecen ustedes mismos, haciendo un proceso kerigmático y catecumenal”, les respondí. (Mons. Luis Eichhorn)
  45. Hablar de un Papa (Juan Pablo II) catequista, es recordar la cantidad de viajes por el mundo que realizó, de los mensajes y las enseñanzas a través de sus cartas y sus encíclicas,… evocar el perdón a Ali Agca, quien intentó asesinarlo en 1981, las permanentes muestra de amor hacia los pueblos oprimidos y su compromiso con los más necesitados. (Pbro. José Luis Quijano)

    Catequesis y comunicación

  46. Palabra son los gestos, las expresividades, las imágenes, las acciones, los rostros, la música, la danza. Estamos llamados también usar otros de los grandes mecanismos expresivos que también son palabra y que también han sido utilizados por Cristo. Informar, expresar, interpelar: tres de las grandes dimensiones del lenguaje. (Marcelo González)
  47. Jesús no es un escritor. Jesús se podía haber confiado al libro, pero tomó una opción: no escribió, se confió a los vínculos. Quiere decir que no hay acceso posible al Cristo sin los vínculos con los suyos.(Marcelo González)
  48. En los medios aparece un hambre de declaración subjetiva, es decir toda esta gente que va y cuenta y cuenta y cuenta y cuenta y cuenta. Los medios se han convertido los medios, en un gigantesco espacio autobiográfico. Aunque la gente hable de manera muy segura y diga “porque yo esto y tal y tal…porque si hace eso, lo mato y…”, esa locuacidad de la subjetividad de lo que habla es de una crisis de la subjetividad, una crisis que está fundada en una crisis de identidad. (Beatriz Sarlo)
  49. Nuestra misión católica en Internet no puede olvidar la dimensión profética, que pretende anunciar con ardor, talento y convicción los valores del Evangelio, así como denunciar todo aquello que significa desprecio, opresión y explotación de la persona y de la sociedad humana, desde el comercialismo, el materialismo, la globalización hegemónica. (Pbro. José Luis Quijano)
  50. El cardenal Jorge Bergoglio, dijo hace unos días, que el “Papa simplemente fue un hombre coherente”. También agregó que con su muerte, “terminó el siglo XX, que no necesitaba maestros, sino testigos”;… y eso fue precisamente Juan Pablo II. Un verdadero testigo de la fe en Cristo, un auténtico catequista que plantó la semilla de la evangelización en lugares desiertos y catequizó en lugares donde la fe flaqueaba… (Pbro. José Luis Quijano)
  51. Sintetizo los grandes desafíos que se nos presentan desde el punto de vista del. contenido -ofrecimiento de vida- de la siguiente manera: Mostrar cómo la amistad con Jesucristo responde a las necesidades más hondas del corazón humano, al mismo tiempo que acompaña y alienta nuestros deseos de vida promoviendo nuestra realización integral. (Pbro. Víctor Manuel Fernández)
  52. Nos encontramos aquí con una de las tareas más apasionantes y delicadas de la nueva perspectiva catequética: la necesaria revisión de los contenidos, del mensaje de salvación que la catequesis debe comunicar y actuar. Es un aspecto importante del cometido, considerado hoy como imprescindible y vital, de la «inculturacion» de la fe y de la no menos necesaria revisión de las «representaciones religiosas», procesos que entran de lleno en la problemática moderna de la búsqueda del nuevo paradigma catequético. (Emilio Alberich Sotomayor)
  53. El Cardenal Martini lo anticipaba en su famosa Carta Pastoral de los primeros años 90 “La orla del manto”: «Los medios ya no son sólo una pantalla que se mira o una radio que se escucha. Más bien son una atmósfera, un ambiente en el que estamos inmersos, algo que nos rodea y nos invade por todas partes. Estamos sumergidos en este mundo de sonidos, imágenes, colores, impulsos y vibraciones, como el hombre primitivo estaba inmerso en la selva o el pez en el agua. Es nuestro entorno. Los medios son una nueva forma de estar vivos.» (p. 11). (S.E. Claudio María Celli)
  54. “El ser humano es para la comunicación y para la comunión”, dice el Documento de Aparecida (n. 130). El mundo contemporáneo es hoy más que nunca ejemplo de ello. O al menos, de su búsqueda. Nos encontramos en una sociedad marcada precisamente por la comunicación, en intensidad y en extensión, por la cantidad de mensajes que recibimos y emitimos diariamente. Muchos millones de seres humanos hoy están “hiper-comunicados”, al menos con teléfonos móviles y con Internet, buscando relaciones humanas más gratificantes, discutiendo temas, encontrándose en el contexto del ciberespacio. Como bien señala el Documento de Aparecida, viven sumergidos en esa atmósfera de significados, tantas veces inconexos y hasta opuestos entre sí. (S.E. Claudio María Celli)
  55. ¿Podemos seguir empleando sólo los medios orales para anunciar el kērygma en una cultura que es sobre todo de la imagen?, ¿Se nos escuchará? Si las leyes de la comunicación social han sufrido cambios sustanciales, ¿Esto no afecta necesariamente la proclamación del kērygma como acto de comunicación?, ¿O su contenido está indisolublemente unido al estilo oral del siglo I? (Andrés Torres Queiruga)
  56. ¿Podemos seguir anunciando la “buena nueva” entre tantas buenas nuevas científicas y tecnológicas que aún logran sorprendernos?, ¿Cómo hacer para que el kērygma suscite asombro y adhesión cuando los anhelos de muchos están puestos en lo inmediato y en lo de este mundo? (Andrés Torres Queiruga)
  57. “La experiencia del prójimo es constitutiva del Evangelio y fundante para la Iglesia. Se trata establecer una auténtica Pedagogía de los vínculos. Perder tiempo con el otro, preocuparse por sus interrogantes vitales, estar atentos a las necesidades de los otros. Hacer sentir bien al otro, a gusto, tenerlo en cuenta; desterrando el anonimato dominical y la falta de invitación a participar. Como nos transmitió el mismo Jesús: primero está la persona, la comunidad y luego, la organización; primero, la vida y el espíritu y luego, las normas; primero, el riesgo pastoral y luego, la seguridad legal. Las relaciones interpersonales fraternas, los vínculos maduros, la calidez afectiva, la expresión de los sentimientos, deberán ser elementos constitutivos de toda comunidad cristiana. (Luis María Benavides)
  58. “Una Catequesis que recree nuevas formas de comunidad en las cuales sea posible hacer la experiencia de Jesús en medio de todos, compartiendo dones y carismas que se ponen el servicio del anuncio”. (Álvaro Ginel)
  59. Los modelos que no ayuden a personalizar, a ir más allá de lo que se sabe, a enfrentar a cada persona con sus propias preguntas y con su propia palabra no evangelizarán de verdad a la persona. Es cierto que cada uno tiene su hora. Pues habrá que aprender a esperar y a seguir el ritmo de cada persona. Lo que no es sostenible es una catequesis superficial, que no ponga a la persona en disposición de entablar un diálo-go progresivo con el Dios que quiere hacer alianza personal. No decimos “creemos”, sino “creo”. Decir creo compromete personalmente. (Álvaro Ginel)
  60. El encuentro intercultural permite, en efecto, hacer ver que la catequesis, de acuerdo con las culturas, manifiesta unos desafíos, unos problemas, unas costumbres, unos modos de organización, unos medios pedagógicos sumamente diversos. Con el choque de esta diversidad, cada uno y cada una son llevados a relativizar la propia experiencia. Lo que cada uno espontáneamente se inclinaba a creer como universal y como ‘cayendo de su peso’, no lo es ya. (P. André Foisson, s.j)
  61. Las palabras en la catequesis son ecos de las palabras de Jesús, en el contexto de cada comunidad. La catequesis actualiza y hace contemporáneas las palabras de los Evangelios. En este sentido, cada catequesis es un ámbito propicio para escuchar atentamente la palabra del grupo, la de la Iglesia, la de los profetas, la de la calle y la de los silenciados que nadie escucha. Es en este proceso -aprendiendo a escuchar- que el grupo se evangeliza y hace su itinerario catequístico. Escuchar significa poner el cuerpo, comprender, analizar y proponer. (Emilio Rojo)
  62. Estamos en un tiempo en que lo que prima es el avance de la información y la inmediatez para informar y dar a conocer, más no se comunica y se forma a los internautas. Eso pasa no solamente en internet, donde ya se ve que no son simplemente espectadores y receptores pasivos sino realizadores de la misma noticia por el medio interactivo en el que se esta inmerso. El doctor José Luis Orihuela, hace referencia en su escrito sobre los 10 paradigmas de la e-Comunicación, donde ya no se trata con audiencia sino con usuarios, ya no es el medio sino el contenido, de periodicidad a tiempo real entre otras cosas. Ese será el gran paradigma al cual se tendrá que enfrentar cada día. El evangelio no cambia, lo que cambia son las formas y las maneras de transmitirlo. (Gloria Sandoval)
  63. Importa que escuchemos y prestemos atención a las voces, los gritos, las incomodidades y malestares que se levantan desde las prácticas catequísticas en lo que respecta a la comunicación, al lenguaje y a la calidad de los procesos que, con tanta buena voluntad, anhelamos acompañar. (Pbro. Francisco Bisio)
  64. Es indispensable la construcción de un lugar desde el cual lo que se diga sea recibido como un discurso que sea creíble. No donde lo que se diga sea aceptado sin examen sino de un lugar en donde se pueda decir algo, transmitir algo, transmitir un movimiento, una práctica, un saber del cuerpo o de la cabeza que sea creíble. (Beatriz Sarlo)Catequesis y nuevos paradigmas
  65. “¿En qué consiste la crisis? ¿Qué está en crisis?” A tal pregunta algunos responden que se trata de la crisis del sistema capitalista, o bien de la de todos los actuales sistemas de convivencia social, política y económica nacional e internacional. La crisis ético-histórica y humano-global que se muestra en las relaciones de aguda injusticia y violencia estructurales que dichos sistemas engendran. (J. C. Scannone)
  66. La catequesis no puede estar ajena a la realidad social y cultural en la que vivimos si quiere ser forjadora de una vida cotidiana según los criterios del Evangelio. Por eso comenzamos nuestro Itinerario abocándonos a mirar la realidad. Desde nuestra perspectiva concreta: como cristianos y agentes de pastoral que en cada una de nuestras comunidades queremos anunciar la Buena Nueva de Jesús. No pretendimos alcanzar un análisis sociológico exhaustivo ni agotar la descripción de la realidad compleja en que vivimos. Sí intentamos percibir y tomar conciencia de aquellos aspectos más emergentes en nuestra Diócesis que nos desafían a repensar el modo de transmitir la fe, asumiendo todo aquello que impulsa dicha transmisión y superando lo que la frena y dificulta. (Mons. Fernando María Bargalló)
  67. La crisis de autoridad es un fenómeno en todo occidente. Pero esto está en la Argentina reduplicado por la quiebra de la identidad cultural. El problema de un lugar autorizado es fuertísimo. Las historias de las naciones transmisión de experiencias y transmisión de culturas, transmisión de saber hacer cosas con las manos o con la cabeza, con el cuerpo o con la cabeza, pero transmisión de un saber hacer. (Beatriz Sarlo)
  68. Martín Velasco dice… “En la cultura posmoderna la clausura metafísica y la superación del sujeto dejan al hombre des – fundamentado y apoyado en el abismo, el caos y la nada”. No tiene dónde apoyarse… Sólo el caos y el abismo parecen abrazarlo. En esta situación de absoluta soledad y falta de consistencia, necesita desesperadamente situarse, asirse, reencontrarse, trascender de él mismo para ir al encuentro de los otros. Sólo esas relaciones profundas, estables, sólidas y confiables pueden llegar a producir procesos personales de identificación como los que se realizan en el encuentro con personas concretas que tratan de llevar, sinceramente, a la práctica el cristianismo en su vida y están dispuestos a hablar de ello con los demás y a darles testimonio. (Pbro. José Luis Quijano)
  69. La propuesta es traducir el fracaso y la paradoja en una utopía posible… Así concebida, ella supone un estado ideal, una meta que se va haciendo cada vez más cercana. Es aquello trascendente hacia lo cual es posible encaminarse a través de la acción. Las utopías son los grandes ideales que dan sentido de fe a todo lo que hacemos. (Equipo del Observatorio Catequístico del ISCA)
  70. Como hombres y mujeres de fe, este nuevo horizonte, nos interpela fuertemente. Ya no podemos hablar de una sociedad cristiana, cuando muchos bautizados no se identifican ni viven según los criterios del Reino. Nos planteamos además, de qué manera acompañar procesos de crecimiento en la vida de fe, siendo fieles a la propuesta de Jesús y a los cambios culturales, cuando una mayoría de cristianos cree, pero no le cree a Dios y su vida no es una respuesta libre y consciente desde la fe, por lo tanto, con fuertes sustratos de expresiones de religiosidad popular, sin fundamentos en la fe. Una experiencia de Dios cosificado y existente según los antojos del pseudocreyente. (Lic. Hna. Siomara E. Garro)
  71. Se trata, entonces, de recibir las transformaciones no con sentido de resignación o de pesimismo, sino, como eventuales desafíos u oportunidades que Dios nos confía en la certeza de que Él no abandona jamás a su pueblo y también hoy lo conduce a nuevos e inesperados espacios de vida. (P. Fabián Esparafita)
  72. “En tiempos de regularidad y estabilidad se planifica con proyectiva. En tiempos de crisis, cambio y movimiento se planifica con perceptiva. Es el estilo del pionero que, por su experiencia, intuye por dónde caminar. Se anima a lanzarse a lo desconocido o nuevo porque tiene la experiencia y una clara percepción de por dónde va el camino”, (Luís María Benavides)
  73. En un nuevo paradigma catequético (nuevo respecto al «paradigma tridentino», será importante partir de la convicción de que, hoy, la catequesis tiene que ser «otra cosa». ¿Cómo podremos identificarla? Tres cualidades pueden resumir de alguna manera esta sonada nueva identidad: catequesis evangelizadora, catequesis iniciática, catequesis abierta. (Emilio Alberich Sotomayor)
  74. La crisis de lo que denominamos “cristiandad” es grande y se extiende a la transmisión de la fe. Se vienen tiempos de Exilio, como en Babilonia. Esto nos lleva a repensar los modelos de transmisión tradicionales y buscar nuevos; con nuevas formas de evangelización e iniciación cristiana. (Luis M. Benavides)
  75. ¿Podemos seguir anunciando el kērygma sin posibilidad de respuesta dialogada en una cultura que valora la democracia y la libertad? ¿No habrá que anunciarlo buscando el diálogo sincero con las variadas cosmovisiones que se buscan evangelizar y con los anhelos profundos del hombre de hoy?, ¿No habrá que hacerlo en relación directa con experiencias humanas que son interpeladas, se cargan de sentido y se transforman gracias a la aceptación del kērygma? (Andrés Torres Queiruga)
  76. “Después de muchos años de predominio de la razón, los contenidos y los conceptos en la catequesis, se abre camino la necesidad de una catequesis realmente vincular y afectiva” (ISCA).
  77. Estas son las percepciones, los signos de los tiempos, razones de la esperanza que se dibujan en el horizonte. Nos despedimos con estas palabras de nuestra lectora Beatriz B. de Carriego:“Percibo, intuyo, que se hace necesario “arar con viejos bueyes”, buscar estrategias de inclusión, aceptar las críticas bien intencionadas y de las otras, porque ambas sirven, vivir injusticias reales e imaginarias, convivir con buenos amigos y con traidores, hacer y fracasar, hacer con éxitos, perderle miedo a la aventura, sumar y multiplicar, hacer fructificar la rutina, volver a empezar infinitas veces., revivir constantemente el amor primero, y encomendar las obras a Yahvé, para que los proyectos se lleven a cabo (Pr 16, 3). Bueno, no dice que los veremos…” (Álvaro Ginel)
  78. Tenemos que hacernos a la idea de que el futuro no se hace tomando referencias del inmediato pasado. Es normal en nuestro funcionamiento de educadores echar mano de lo que hicieron con nosotros, de lo que vimos hacer, de lo que nos dijeron. Seguro que te has hecho preguntas como éstas al preparar una catequesis: ¿Qué hice el año pasado? ¿Qué se suele hacer? ¿Cuál es la costumbre del lugar? Estas preguntas iniciales pueden tener algo de valor. Pero aunque conozcamos la respuesta, es posible que la respuesta no nos valga hoy y tengamos que lanzarnos con celo apostólico (¡no a lo loco!) a construir el futuro sin las referencias anteriores. Es un reto apasionante. Vivimos un tiempo rico en creatividad. (Álvaro Ginel)
  79. En los ambientes de catequesis está ocurriendo algo. La catequesis, es verdad, sigue siendo un sector importante en las Iglesias locales. Pero si nos aproximamos a “escuchar el latido” de quienes trabajan en ella, nos daremos cuenta de que en ellos existe una preocupación. La fuente de lo que percibimos como malestar, ¿está en los mismos catequistas, en los destinatarios, en la comunidad cristiana, en el ambiente de la sociedad, en los métodos utilizados, en los adultos?… La elección de “culpable” es arriesgada y, posiblemente, errónea. (Álvaro Ginel)
  80. Lo cierto es que ahora no sólo tenemos que hablar de las dificultades de los destinatarios ante el mensaje, sino de nuestras propias dificultades como agentes de evangelización. (Álvaro Ginel)
  81. A los discípulos se les envía a predicar recomendándoles que no lleven nada (Mc 6,8). Lo que tenemos, lo que nos da seguridad es impedimento para descubrir la realidad que tenemos que transformar. O, de otra manera, para transformar la realidad algo nuestro tiene que ser transformado. (Álvaro Ginel)
  82. “Un mundo desaparece y otro está emergiendo, sin que exista ningún modelo preestablecido para su construcción. Ahora bien, a lo largo de toda su historia especialmente en Europa la Iglesia se ha solidarizado profundamente con los equilibrios antiguos y con la configuración del mundo que desaparecía. No sólo se encontraba bien insertada en ese mundo, sino que había contribuido ampliamente a su constitución, mientras que la figura del mundo que hay que construir se nos escapa… Estamos llamados a superar nostalgias de épocas pasadas y verificar la llamada apostólica desde el interior de esta sociedad que es la nuestra… Es precisamente en el contexto de la sociedad actual donde queremos transmitir la fe”. (Documento de Trabajo de las Jornadas AECA 2006)
  83. Nuestra propuesta va más allá de una mera renovación de contenido y método; más allá de una mera renovación de la Catequesis; es más que “una nueva Catequesis” porque va más al fondo y realiza un planteamiento más totalizante. Proponemos dar un giro histórico en el modelo de transmisión de la fe; planteamos pensar y poner en práctica, sin precipitación, sin dramatismo y con ilusión, un nuevo paradigma para la Catequesis. (Documento de Trabajo de las Jornadas AECA 2006)
  84. Estamos ante el reto más apasionante que puede vivir un apóstol: el de colaborar con el Espíritu en proponer la fe en una cultura nueva recorriendo caminos nuevos. Anunciar el Evangelio a los habitantes de este nuevo mundo nuestro para que “nazcan hoy a la fe en Jesús”, despierta en nosotros el ardor propio de los primeros enviados. (Documento de Trabajo de las Jornadas AECA 2006)
  85. Quizás muchas veces buscamos respuestas sin haber formulado bien la pregunta, sin haber analizado el problema, sin habernos dejado retar por la situación de los destinatarios de nuestra acción catequética. Nos falta hábito de reflexión para profundizar y para crear; nos falta sentido de observación y escucha de la necesidad del otro para aportarle respuestas cercanas y reales. Lo dejamos todo a “las sindicaciones que nos vengan de arriba”. El problema está abajo y es abajo donde hay que pensar y repensar la respuesta concreta en comunión con el arriba. (Gilles Routhier)
  86. Algunos, en efecto, han podido pensar que el único desafío digno de atención, en las actuales circunstancias era el paso de la escuela a la parroquia, como si se tratase de trasladarse de un sitio a otro con todos los trastos para volver a empezar en ese otro sitio lo que acostumbrábamos a hacer allí donde estábamos instalados. Difícilmente llegábamos a creer que este cambio de lugar traería consigo un cambio de costumbres, de prácticas y de sistema de vida. En efecto, el país hacia el que se nos invitaba a caminar nos era ampliamente desconocido. Quizás por eso dudábamos en imaginar un verdadero éxodo y tardábamos tanto en atravesar el mar porque este «paso», más que introducirnos inmediatamente a la tierra prometida nos iba a llevar al desierto donde tendríamos que hacer la experiencia del despojo y donde perderíamos una a una nuestras seguridades y donde seríamos tentados. (Gilles Routhier)
  87. Un paradigma catequético es una manera global de concebir, pensar y también de practicar la catequesis de una manera adaptada a un contexto sociocultural y religioso particular. En otras palabras, un paradigma catequético es un modelo fundamental de catequesis que vale en un conjunto sociocultural y religioso determinado. Por ejemplo, se habla del paradigma catequético tridentino, que viene desde el Concilio de Trento, en siglo XVI. (André Fossion)
  88. El nuevo paradigma catequético se va desplegando en medio de una incierta transición: de una Catequesis concebida como mera preparación a los sacramentos hacia una Catequesis como acompañamiento de procesos de iniciación y de maduración en la fe, respetuosa de los tiempos y de la diversidad de los catequizandos, en la compleja variedad de sus situaciones vitales. “La finalidad sigue siendo la configuración con Cristo a lo largo de la vida del creyente. Este modo de concebir la tarea catequística implica un cambio de mentalidad en todos los actores. Especialmente en los destinatarios que tienen que experimentarse y saberse discípulos que escuchan y ponen en práctica el Evangelio” (Liliana Panzavolta)
  89. Las antiguas categorías se revelan demasiado limitadas para sumir lo que viene. Así el binomio secular – religioso ha perdido identidad. Estamos en una especie de mestizaje y podemos preguntarnos: ¿estamos en medio del caos? No, solamente estamos ante situaciones diversas y complejas que CT no podía prever. No se pueden reproducir las modalidades que servían en épocas pasadas, puesto que el contexto es diferente. Es preciso situarnos en la era de la mundialización y de Internet, así como nuestros predecesores lo hicieron en la era de los grandes descubrimientos. Es necesario pensar la novedad de las situaciones presentes, iluminándola con la Palabra del Evangelio. Los documentos siguientes al Sínodo de 1977, después de treinta años, nos sitúan hoy, como siempre, ante el mismo trabajo: hacer entender y asumir la Palabra, a través de los modos de existencia y de conocimiento que son propios de cada época. (Jacques Audinet)
  90. La propuesta de aprender a contemplar y cuidar la creación como casa de todos los seres vivos y matriz de la vida del planeta y a la naturaleza como una herencia gratuita que recibimos para proteger debe ser parte no sólo del contenido catequético permanente sino del esfuerzo comunitario por hacer creíble un testimonio ante la sociedad urbana. Es también un punto de partida de la primera evangelización para quienes viven en el mundo rural, indígena y afrodescendiente. (Hno. Balbino Juárez fms)
  91. Seguimos “pescando en la arena” cuando insistimos en un “estilo operativo sin futuro” desde la pastoral tradicional. Un estilo donde predomina la práctica devocional y sacramental, la pastoral intraeclesial y centrípeta, con una fuerte polarización clerical y lastre institucional; un eclesiocentrismo y desde una actitud de autosuficiencia”. En el capítulo 7 de La Catequesis en América Latina se nos advierte que “uno de los problemas más graves que enfrenta la catequesis hoy es el de la comunicación, que es pobre y sin calidad, que se utilizan lenguajes que nadie entiende, que se dirige a auditorios que ya no existen y responde a preguntas que nadie tiene o a problemas que nadie vive”. (Pbro. Francisco Bisio)Catequesis y nuevas tecnologías

  92. La presencia de la Iglesia y del Evangelio en Internet nunca debe ser planteada como un sustituto de la Iglesia misma, sino como un medio inteligente y atractivo, el nuevo areópago para llegar tanto a los bautizados como a los no creyentes. Nunca ha de ser considerado un fin sino un medio. (Pbro. José Luis Quijano)
  93. Las redes informáticas, con tecnologías adecuadamente aplicadas, pueden ser vistas como un nuevo medio para la Comunión y la Comunicación, porque acortando los tiempos y los costos, ayudan a una “presencia virtual” que hace posible la información, la asistencia y el acompañamiento, aún a grandes distancias. Se logra una forma nueva y rica de comunicación grupal interpersonal. Por eso insistimos en que, nada se contrapone a la realidad y los servicios que se puedan encontrar en Internet, sino que se complementan y potencian para lograr el objetivo comunional y comunicacional que la informática puede brindar a la Iglesia. Se puede y se debe hacer evangelización; las nuevas tecnologías son herramientas para ayudar a la catequesis, para potenciar y multiplicar este encuentro. (Rogelio Agustín López)
  94. El internet se debe convertir en una presencia eminentemente humanizante, que permita unir y enriquecer cada vez más el diario vivir de las comunidades, de tal manera que sea una fuerza viva de comunicación y participación en la historia personal y social de los cibernautas. Que sea un evangelio interconectado en la globalidad pero cimentando la particularidad. Las herramientas de comunicación se deben utilizar para tener una relación sujeto – sujeto no sujeto -objeto. (Gloria Sandoval)
    Catequesis y evaluación
  95. Evaluar es “dar valor”. En la catequesis también es posible y necesario dar valor. En la tarea catequística se debe privilegiar la evaluación formativa, sobre la evaluación diagnóstica-sumativa. (Luis M. Benavides)
  96. Entendemos que la evaluación formativa es aquella en la cual todos los integrantes del proceso catequístico y el proceso mismo se cotejan con los valores evangélicos. La evaluación formativa interpela primero a la comunidad, al catequista, a los métodos y, por último, al catequizando; para que todos lleguemos a una auténtica conversión a Cristo. (Luis M. Benavides)
  97. La evaluación en catequesis es compleja y difícil, pero es absolutamente necesaria. No bastan los “buenos propósitos”. Es preciso evaluar los resultados oyendo a los propios interesados y observando sus actitudes con ellos mismos, con los demás, con el mundo que los rodea y con Dios. Esta evaluación tiene que ser sistemática, integral, coherente, contextualizada, personalizante y variada; pero ante todo, Cristocéntrica. (Luis M. Benavides)
  98. No se puede emitir un juicio absolutamente cierto sobre el resultado de una catequesis, sobre su éxito o fracaso. Muchas veces, nuestra tarea catequística estará destinada sólo a la siembra. Solamente Dios hace crecer las semillas. La evaluación en catequesis sólo puede realizarse entendiéndola, al mismo tiempo, como autoevaluación del catequista, de la comunidad, de la Iglesia, sobre sus propias acciones pastorales. (Luis M. Benavides)
  99. Se hace imprescindible establecer en comunidad los criterios pastorales que permitan evaluar los propios mecanismos de la evaluación. Todo el proceso de evaluación ha de ser respetuoso con las personas y con los valores evangélicos. La evaluación formativa y formadora procura la inclusión de todos los actores comprometidos en la situación a evaluar. Tiene un aspecto, dimensión o incidencia autoevaluativa, ya que pretende que todos los que participan del proceso evaluativo, obtengan información y comprensión sobre los resultados de sus acciones, para una conversión permanente. (Luis M. Benavides)
  100. La evaluación en catequesis adquiere su verdadero significado cuando nos permite juzgar, a la luz de los valores del evangelio, la realidad de los catequizandos y su entorno; la realidad de los catequistas y sus métodos; la realidad de la comunidad eclesial y así, poder tomar decisiones pastorales acertadas. De esta manera, la evaluación en catequesis se transforma en un proceso de conversión permanente hacia Jesucristo, centro y destino de toda nuestra tarea catequística y pastoral. (Luis M. Benavides)

Facebook comments: