2? domingo de cuaresma
La cuaresma es un caminar hacia la Pascua , que es victoria sobre todas las esclavitudes, que padecemos, para alcanzar y conseguir LA RESURRECCI??N , que nos ha ganado Jesucristo con su Pasi?n, Muerte y Resurrecci?n. “Si Cristo ha resucitado, nosotros tambi?n resucitaremos“, porque somos hombres, como ?l tambi?n es hombre.
Una vez mas, hemos sido llamados e invitados, todos los cristianos del mundo entero y tambi?n todos los hombres de buena voluntad, que buscan el bien, la justicia y la paz; hemos sido, pues, llamados e invitados a correr esta aventura de la Pascua del a?o 2007. Conseguir una nueva victoria en la cuaresma de este a?o, en esta lucha de cada d??a, contra la avaricia y el ego??smo, contra la soberbia y el orgullo, contra las sensaciones placenteras desordenadas y desequilibradas, llegar a ser al menos, esa persona humana, que sali? de las manos de Dios. Y para lograr ese se?or??o de nosotros mismos, de nuestras vidas y poder ser as?? seguidores de Jesucristo, que es Se?or y solo los que son se?ores de s?? mismos lo pueden seguir, aunque vayan heridos y maltrechos de la pelea de la vida; pero van. Y para ser, en una palabra, CRISTIANOS, seguidores de Jesucristo.
As?? nos preparamos a la Pascua grande, la ?ltima, la definitiva. Se habr?n acabado de esta manera todos los ensayos que hacemos cada a?o. Que el ensayo de este a?o sea mucho mejor que el anterior para llegar al paso ?ltimo y definitivo, a la Pascua , que “paso” es: de la esclavitud, a la libertad, del hombre terreno, al hombre celestial, de Egipto a la Tierra prometida, de la tierra al cielo, de lo temporal a lo eterno?
Ser? el triunfo de Dios y el nuestro, sobre la esclavitud del pecado y de la muerte eterna. Se muere como se vive. Si hoy vives triunfador sobre tus pecados de muerte, morir?s triunfando de la muerte. Podremos entonces decir: “?Muerte, d?nde est? tu victoria? ?Muerte, d?nde est? tu aguij?n?”
Se nos est? proponiendo, durante este periodo de lucha, que es la Cuaresma , enfrentarnos a esa triple tentaci?n, como Jesucristo, que lo contemplamos el domingo pasado: contra la concupiscencia de la carne, contra la concupiscencia de los ojos, y contra la soberbia de la vida, de las que nos habla San Juan. La concupiscencia de la carne, que es el placer desordenado en el comer, en el beber y dem?s sensaciones corporales, drogas incluidas. La concupiscencia de los ojos, que es el deseo desordenado de todo poseer y todo para m?? y nada compartir. Y la soberbia de la vida o deseo de poder, de prestigio, sea como sea y de dominio sobre los dem?s para estar por encima de ellos, y esclavizarles.
Los medios fundamentales para triunfar en estas batallas de la vida y ser lo que Dios me ha hecho y quiere que sea, son la pr?ctica de la Limosna , de la Oraci?n , y del Ayuno, pero entendidos y practicados no de una manera infantil, sino en su contenido y significado profundos; por ejemplo, en la limosna, no consiste solamente en dar alguna monedita y alg?n alimento, sino en darte tu mismo, porque tu eres la mayor y mejor limosna.
– ?Qu? hemos hecho durante esta primera semana de Cuaresma? ?He compartido con los dem?s lo mucho bueno que hay en m??: mi simpat??a, mi tiempo, mis conocimientos y cultura, mi dinero, LO QUE TENGO, en una palabra, para acabar dando lo que m?s vale, que es LO QUE SOY? ?He vencido en alguna de esas batallas contra el deseo desordenado de todo poseer y nada compartir? San Juan de la Cruz nos dir?: “Para venir a tenerlo todo, no quieras tener algo en nada. Y cuando lo vengas todo a tener, has de tenerlo sin nada querer, porque si quieres tener algo en todo, no tienes puro en Dios tu tesoro”.
– Y en mi oraci?n ?he procurado dedicar un poco m?s de tiempo a la oraci?n y a la lectura de la Palabra de Dios en la Biblia ? ?Asisto alg?n d??a de la semana al rezo del rosario, al v??a crucis o a la celebraci?n de la Eucarist??a ? ?o solo asisto, nada m?s, que cuando hay un muerto por delante, no sabiendo, entonces, si asisto por quedar bien con la familia del difunto o por amor y agradecimiento a Jesucristo, que actualiza su muerte: “sangre, derramada para la remisi?n de los pecados”, salvarme, pues, que eso es lo esencial en la Eucarist??a ?
– ?He hecho el esfuerzo de hacer mejor, sobre todo mi oraci?n bocal, para no ir aprisa y corriendo, como un charlat?n y parlanch??n, como nos corrige el mismo Jes?s, al decirnos, “cuando rec?is no se?is como los charlatanes?”. He de procurar no empezar antes de que acabe el que preside la oraci?n, de la misa o del rosario y procurando ir al ritmo de todos, escuch?ndoles, para ir a la par, y no precipitar as?? el rezo. ?Ha habido una mejora de la calidad de mi relaci?n e intimidad en este di?logo con Dios, a partir de una fe m?s viva y m?s operativa?
– ?He vencido en alguna de estas batallas que luchamos contra nuestra soberbia y orgullo? Y mi ascesis o mortificaci?n ?ha sido sincera, humana e inteligente para equilibrar mis pasiones, los instintos y deseos, cuando se desordenan? O ?he tenido relaciones, deseos y pensamientos deshonestos, viendo, por ejemplo, programas de telebasura, o he comido y bebido sin moderaci?n?
– Pues, hoy, hermanos, al comenzar la segunda semana, se nos llena de esperanza a todos aquellos que hayamos fracasado en nuestro empe?o, en nuestra lucha o nos sintamos defraudados por nuestra insignificante o p??rrica victoria. Dios nos sigue esperando, nos sigue amando y sigue siendo fiel. Fiel a una Alianza, llena de promesas, que hizo con Abraham y que hoy la hace y la renueva con cada uno de nosotros.
Primer domingo de Cuaresma y segundo domingo de Cuaresma marcan el principio y el fin de este camino o marcha cuaresmal de 40 d??as. Lucha y victoria segura, aunque en nuestras luchas, como os dec??a, hayamos medio fracasado
Dios nos sigue esperando, nos sigue amando y sigue siendo fiel. Fiel a una Alianza, llena de promesas, que hizo con Abraham y que hoy la hace y la renueva con cada uno de nosotros. Y de nosotros no espera la fidelidad, no nos la exige, al menos. Es todo un gran Se?or. Algo grande hay en nosotros, cuando se empe?a ??l de ese modo, sin exigirnos ninguna contrapartida, ning?n compromiso. Seguramente, s?lo espera nuestro amor. ?Record?is las palabras de Jesucristo en la sentencia del Juicio Final?:
“Venid, benditos de mi Padre a poseer el Reino que os est? preparado desde la creaci?n del mundo “. Fijaros bien, desde la creaci?n del mundo Dios ya hab??a pensado en ti para darte un premio enorme, como t? nunca pudiste imaginar.
Abraham no concibe que Dios pueda hacer una Alianza, un contrato sagrado, con ?l, que es pobre, d?bil y solo. ?C?mo Dios puede prometer tanto a un hombre as??? Por eso Abraham le pide un signo o se?al de esa Alianza descomunal. ?C?mo sabr? que voy a poseer cuanto me prometes? Y Dios le jura fidelidad a su Palabra, a su Alianza, con ese rito de la tea encendida, que era el mismo juramento con que los socios de un contrato, aceptaban quedarse convertidos cual aquellos animales descuartizados y abrasados por el fuego, si dejaban de ser fieles al contrato sellado.
Pero, fijaros bien, la categor??a, el talante, la entrega, el enamoramiento pudi?ramos decir, de este Dios para esta criatura, Abraham, que somos cada uno de nosotros:
“Cuando iba a ponerse el sol, nos han proclamado hoy en la primera lectura del G?nesis, un sue?o profundo invadi? a Abraham y un terror intenso y oscuro cay? sobre ?l. Una humareda de horno y una antorcha ardiente pasaban entre los miembros descuartizados de los animales “ . Y Abraham ve a Dios-Yahv? pasar con la tea encendida por entre las v??ctimas, pero a Abraham no se le exige que se comprometa de esa manera, corriendo el peligro de pasar por en medio de los animales en llamas, como hacian los contratantes… Es sorprendente. ?Por qu? Dios no le exige, pr?cticamente nada en ese contrato, en esa Alianza? ?Tanto le quiere? ?Tanto te quiere? ?Tanto nos quiere?
Verdad es, que, antes, Dios le hab??a solicitado a Abraham, abandonar su pa??s corrompido, de Ur, para hacerle padre de un pueblo inmenso como las arenas del mar y m?s numeroso que las estrellas del cielo. Y despu?s se vio obligado a renunciar a su descendencia, al ir a sacrificar a su ?nico hijo, Isaac, seg?n sus tradiciones, de sacrificar al primer hijo var?n, a Dios y en ese lenguaje de su cultura, Dios se lo ha pedido. As?? qued? vac??o de su pasado y de su futuro y solo le qued? su presente y el abandonarse en fe y esperanza, totalmente a Dios.
-?Has sido t? infiel esta semana a tu cuaresma, a tus promesas bautismales? “Renuncio a Satan?s, a sus pompas y a sus obras y prometo seguir a Jesucristo”, dijiste en tu bautismo y lo has repetido otras muchas veces. ?Has sido infiel a tu Alianza con Dios? Pues Dios sigue siendo fiel a su promesa, tambi?n para esta segunda semana. Te puedes llenar de esperanza, porque Dios te sigue esperando.
Si la lucha de tu cuaresma es dura, aut?ntica y sincera, la recompensa y la gloria ser?n inmensas. La Iglesia nos lo manifiesta enseguida, en el segundo domingo, para que nadie se desanime. Todos acabaremos transformados, transfigurados, glorificados como Jes?s en el monte Tabor. Vale la pena seguir luchando en ese triple frente de compartir lo que tengo y lo que soy; orar con toda el alma y dominarse a s?? mismo, teniendo un cierto se?or??o sobre mi mismo, que lo decimos tradicionalmente con las palabras de:
LIMOSNA, ORACI??N Y AYUNO.
?C?mo hacer esta segunda semana para sentirnos transformados, transfigurados por este amor de Dios, que descubrimos en su Palabra?
Jesucristo, al bajar del monte de la Transfiguraci?n , anuncia a sus disc??pulos su fracaso total, su muerte. Ese es el camino misterioso que lleva a la resurrecci?n. Entonces ese debe ser tu camino en esta segunda semana: no creerte imprescindible. No sentirte el mejor de todos, aplast?ndolos con tu poder y prestigio, hasta de buena persona. No humillarlos con tu saber, sino poni?ndote en las manos de Dios, como Abraham, para servir a tus hermanos. Porque cuando venga el Se?or, si te encuentra as?? velando en oraci?n y sirviendo a tus hermanos, ?l mismo, sin quitarse las ropas, se las recoger? simplemente, porque tienen como prisa, para sentir esta satisfacci?n y emoci?n, de que t? te sientes a la mesa y servirte una buena cena, su cena. El, el Se?or, ser? tu servidor. Y t?, servidor, ser?s un gran se?or.
En esta Eucarist??a te lo encontrar?s, ense??ndote el camino de este triunfo de la cuaresma, que es triunfo de resurrecci?n, o nueva vida.
AMEN.
Edu, escolapio
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