Se intenta legalizar la convivencia de homosexuales
Buenos Aires,4 May. 07 (AICA)
El texto de la declaración, firmada por los doctores Alberto Solanet y Juan Manuel Medrano, presidente y secretario, respectivamente, de la Corporación, dice:
Matrimonio de homosexuales
Con el propósito de instalar la legitimación de la homosexualidad en nuestra sociedad, iputados de distintos sectores han impulsado un proyecto destinado a modificar el Código Civil, en cuanto dispone que el consentimiento para que exista matrimonio, debe ser expresado por un hombre y una mujer, y consecuentemente se pretende que puedan hacerlo personas del mismo sexo.
La Corporación de Abogados Católicos manifiesta el más profundo repudio ante este nuevo avance destinado a la destrucción de la familia tradicional argentina.
El matrimonio es una institución del orden natural –que existe grabada en la mente y en el corazón de los hombres-, o sea, que es propia de la naturaleza humana, basada en la naturaleza sexuada del hombre, que está encauzada a la fecundación, y la diferenciación sexual a la complementariedad, encontrándose la misma orientada al servicio de la comunicación interpersonal, y de esa manera, a la perfección de los integrantes de la pareja.
La misma naturaleza impele a que se establezca cierta sociedad entre el varón y la mujer, y en eso consiste el matrimonio, existiendo una substancial diferencia con la unión de dos personas del mismo sexo, en que queda excluida la generación en forma natural.
Arguyen que el impedimento a que los homosexuales puedan casarse constituye un acto discriminatorio, ignorando que la discriminación no es cuestionable en sí misma, sino cuando se trata en forma desigual dos situaciones esencialmente iguales, no obstante no existir entre ellas diferencias cualitativas que justifiquen la aplicación de una solución distinta.
Resulta sin duda absurdo calificar de injusta discriminación el hecho de no admitirse la celebración del matrimonio entre dos personas de igual sexo, pues en tal caso la discriminación tiene fundamento y se justifica, dada la esencial disparidad existente entre ese supuesto y el de la pareja heterosexual.
Asimismo tampoco se viola la garantía de igualdad ante la ley -que implica gozar de iguales derechos en las mismas circunstancias-, ya que no se puede afirmar que sean iguales las circunstancias de las parejas heterosexuales unidas en matrimonio, uno de cuyos fines naturales es la procreación, y quienes, por ser del mismo sexo, no pueden procrear.
Otorgarles a estas últimas el derecho a contraer matrimonio constituiría un absoluto contrasentido, además de una inaceptable deformación de la institución matrimonial, que a la sociedad no le interesa promover.
Buenos Aires, mayo 3 de 2007.+
Felicito a la corporación de abogados católicos al defender la familia no solo porque va contra los principios de nuestras fe sino porque tambien va contra la naturalez y contra la base de una sociedad digna ya que la familia es la célula de la sociedad y debemos pedir para que en todos los países defiendan todos defendamos la familia si no queremos tener una sociedad dañada en la base
ánimo y adelante
Clemente