Ponernos con rectitud de conciencia ante Dios para construir la patria
Mendoza, 25 May. 07 (AICA) El obispo de San Rafael, monseñor Eduardo María Taussig, presidió el Te Deum del 25 de Mayo en la basílica Nuestra Señora del Carmen de Cuyo, en Mendoza, donde destacó -ante autoridades nacionales y provinciales- que este himno de acción de gracias marcó “los hitos fundamentales de nuestra historia como Nación” y consideró que en numerosas oportunidades expresó “el sentir común de los argentinos en momentos clave de nuestra vida política”.
Enraizados en esta fecunda tradición, tan rica en su policromía de lugares y de eventos significativos apenas esbozada, en Mendoza, hoy, en un año inmerso en la dinámica de los tiempos electorales, nos presentamos ante Dios para rezar una vez más como argentinos el solemne Te Deum. Compartimos así un momento profundamente religioso ante Dios, de todos los argentinos, en nombre de todos los argentinos y para beneficio de todos los argentinos”, subrayó delante del presidente Néstor Kirchner, la primera dama Cristina Fernández y el gobernador mendocino Julio Cobos.
Tras preguntar “qué expresa el Te Deum”, el prelado sanrafaelino explicó que “expresa la actitud más noble y bella que el hombre puede tener ante Dios”, y señaló que diversas ocasiones en las que así sucede: “a veces para pedirle o suplicarle, por ejemplo, cuando la enfermedad, el sufrimiento o la muerte nos amenazan; otras, para agradecerle, cuando hemos constatado su ayuda; o para pedirle perdón, cuando tenemos la valentía de reconocer nuestros errores o miserias; también, para ponerlo por testigo de nuestras buenas intenciones, como el día en que un ciudadano asume una responsabilidad pública. Son siempre momentos significativos de nuestra existencia personal y social”.
El Te Deum bien vivido lleva a un rico intercambio entre Dios y la conciencia. De algún modo, el movimiento profundo que inspira hace eco de las tablas de la ley que Moisés recibió en el Sinaí y que también se halla en la conciencia de todo hombre. En efecto, en la primera de ellas estaban inscriptos los primeros tres mandamientos: amar a Dios sobre todas las cosas, no tomar su santo nombre en vano, santificar las fiestas. En la segunda de ellas, los demás: no matar, no fornicar, no robar, no mentir, etc. Como bisagra, el mandamiento cuarto: ‘honrarás a tu padre y a tu madre’. ¡Justamente, el que funda el amor a la patria, la tierra o herencia de los padres!”
Monseñor Taussig formuló luego los siguientes interrogantes: “¿No nos estará indicando este orden que para servir bien a la patria, como lo hicieron nuestros próceres de Mayo, es necesario guardar las dos tablas del decálogo? ¿No nos está diciendo que la fidelidad a Dios nos ayudará, como hermanos, a erradicar plenamente el crimen, la deshonestidad, la falsía y otros males, en la tierra que hemos heredado? ¿No nos está mostrando que respetar la segunda tabla nos permitirá mirar a Dios con serena confianza al llegar al atardecer de la vida, ante su veredicto final?
“No tengo duda de que ponernos con rectitud de conciencia ante Dios nos ayudará a construir la Patria. No tengo duda de que construir la Patria con responsabilidad nos prepara del mejor modo a cada uno para el encuentro definitivo con Dios. En ambas direcciones nos ayudará, a todos los argentinos, rezar bien el Te Deum”, subrayó.
Dar gracias por el ejercicio de la democracia
El obispo estimó que también es “oportuno dar gracias a Dios por estar a las puertas de nuevas elecciones en el ejercicio de nuestra democracia, y que, con los logros y las dificultades que hemos experimentado en estos años, consolidemos la vida sana de la República como un anhelo común”.
“La fidelidad a la democracia, ya que es la única que puede garantizar la igualdad y los derechos de todos. En efecto, se da una especie de dependencia recíproca entre democracia y justicia, que impulsa a todos a comprometerse de modo responsable para que se salvaguarde el derecho de cada uno, especialmente de los débiles o marginados. La justicia es el banco de prueba de una auténtica democracia. Dicho esto, no hay que olvidar que la búsqueda de la verdad constituye al mismo tiempo la condición de posibilidad de una democracia real y no aparente: ‘Una democracia sin valores se convierte con facilidad en un totalitarismo visible o encubierto, como demuestra la historia’. De aquí la invitación a trabajar para que aumente el consenso en torno a un marco de referencias comunes. De lo contrario, el llamamiento a la democracia -como el que hacemos hoy- corre el riesgo de ser una mera formalidad de procedimiento, que perpetúa las diferencias y acentúa los problemas”, reflexionó utilizando palabras de Benedicto XVI.
Por último, monseñor Taussig indicó “que, en el Te Deum, la alabanza lleva a la súplica. Es lo normal, en la comunión de amor y de confianza que crea la alabanza. Por eso también es bueno que como argentinos, en este día, supliquemos a Dios por nuestra Patria”.
“Recientemente los obispos argentinos, reunidos en Asamblea Plenaria, han manifestado algunos desafíos prioritarios para afrontar en este año electoral . Propongo que los hagamos este día objeto de petición, como lo presentaremos en la oración de los fieles a continuación”.+
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